
Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de
Madrid y máster en Literatura Española en dicha universidad, donde
actualmente redacta su tesis doctoral sobre poesía española del
siglo XX.
Presidenta de la Asociación de Jóvenes Escritores
de la Región de Murcia desde el año 2005, ha sido premiada en diversos
certámenes literarios, tales como el Premio Mª. Agustina de poesía,
premio Tras las huellas de Ibn Arabi del Instituto Cervantes de Damasco, Murcia
Joven, Emilia Pardo Bazán en ambas modalidades, La Pluma en Verde, Algazara
de microrrelatos de la editorial Hipálague, entre otros y ha realizado
numerosos recitales de poesía en diversas ciudades españolas.
Ha publicado el poemario Fe de erratas (Ed. Biblioteca Nueva, 2010)
y Poemas para zurdos (Renacimiento, 2010) y ha colaborado con el relato
La única verdad en el volumen titulado Cuentos Alígeros
de la editorial Hipálage.
Actualmente se encuentra en proceso de
edición su poemario Pasaporte renombrado, que será publicado
por la editorial Huerga y Fierro, disfruta de la beca literaria Generacción,
patrocinada por la Dirección General de Juventud de la Región de
Murcia, y forma parte de la Red de Poetas Jóvenes de la Comunidad de Madrid
en la que participa ofreciendo periódicos recitales en la capital.
En
Cuadernos del Laberinto ha participado en la Antología
de poetas contemporáneas ENÉSIMA HOJA.
A TEMPO Estoy aprendiendo a quererte sin premura sin las grietas abiertas
de la carne con los primeros besos, cuando dilatabas el mundo entre mis
manos con solo mirarlo, con esa recreación física del verbo con
que me acariciabas. Recuerdo cómo me sentaba en tus rodillas y me
quebraba la piel entre los muslos, el deseo enmohecido la tierra reseca de
sentirte amándome los poros el vello frugal del brazo ya entregado. Ahora
estás como recién llovido y aunque sigas suspirando casi besos me
reposan los músculos del alma cuando hablamos, cuando me observas
de espaldas y se derrumba mi pirámide de huesos, la que rige el tobillo
con mi nuca y tu lengua con mis manos. Ahora te quiero en la carne meditada y
te prefiero así, con los músculos laxos de tu boca y tu mirada
tranquila y profunda tragándome despacio acariciando mi cuerpo con
tu glotis y aún más adentro donde ya no hay carne. La
desmedida realidad de junio atraviesa la ciudad por verte. Y aunque nunca
llueve es árido el clima de tu boca la tierra humedece
cuando estoy contigo y germinan lentas las frutas del verano. |