Entrevista al poeta Alfredo Piquer Garzón

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Entrevista a Alfredo Piquer Garzón
Creo que escribir es un acto de resistencia y de compromiso en sí mismo.
Alfredo Piquer Garzón

—Acaba de llegar a las librerías “Tu oscuro nombre” (editoriall Cuadernos del Laberinto. Madrid, 2016), su cuarto poemario. ¿Cómo definiría su poesía?
—Técnicamente escribo verso blanco porque el rimo del verso me parece uno de sus valores propios y originales. Poesía y Música nacieron juntas. Sin embargo la rima es una atadura anecdótica que le resta posibilidad de atención y lectura de su significado. Aunque a veces lo épico o lo hímnico han estado presentes en mis poemas creo que soy fundamentalmente lírico y un tanto elegíaco. El tiempo y la nostalgia, lo contingente del ser humano, por supuesto el amor y toda su contrapartida están en su fondo.

—“Tu oscuro nombre” es un poemario rotundo, unificado en una temática muy clara que homenajea a los tributos culturales del pasado. ¿Cómo surgió ese título tan hermoso?
—Agradezco el elogio porque no siempre se está seguro de esa coherencia y el poema tiene siempre algo de automático y aunque cuando llega deberá “encontrarnos trabajando” es un tanto imprevisible en su aparición. Hay efectivamente ese tributo cultural al pasado, pero también a un pasado propio o personal que tal vez, muy poco a poco se va sumiendo en una cierta oscuridad, en el olvido. Por eso también con el tiempo apareció un buen día el título del libro, respondiendo a ese contenido pero a la vez fruto de la misma falta de explicación racional de todo poema que se precie.

—Abre el libro una hermosísima y necesaria semblanza del propio autor, “Propileos”, en donde nos narra su historia personal y lo que representa para usted elementos como el tiempo, el mar, la luz, la poesía… Nos parece más claro que sea el propio autor quien explique su obra. En su caso, ¿es un manifiesto contra los prólogos dulzones y halagadores que suelen abrir casi todos los poemarios?
—No tanto, o tal vez inintencionado. No estoy en contra de esos prólogos porque se suelen pedir a otros autores solventes o de trayectoria a los que se conoce o admira, como un aval o un auspicio y espaldarazo para el propio trabajo. Los más generosos agradecen la confianza y el reconocimiento y escriben con afecto, conocimiento y seriedad. Siempre existe la posibilidad de hablar en general o establecer alguna mínima referencia sin ser halagador ni hipócrita. Pero también hay soberbia y mezquindad, ruindad. Conozco un caso de alguien que en respuesta a esa deferente solicitud ofreció al autor solicitante una verdadera basura humillante alegando que así lo hacía Camilo José Cela. Por otro lado quizá estaría bien que el autor tratase de explicarse a sí mismo con humildad sin recurrir a otros.

—Llama la atención el aspecto físico de “Tu oscuro nombre”. Da gusto encontrar libros de poesía tan cuidados. ¿Estaba el lector acostumbrado a ediciones chapuceras en el mundo de la poesía?
—Lamentablemente no se ha cuidado en muchas ocasiones la edición de poesía como debiera haber sido. Creo que al menos hay algunas editoriales en proceso de reciclaje. La editorial debe ser consciente de su papel y su responsabilidad esencial en la difusión de la cultura en general y máxime en el caso de la literatura y la poesía. En esta ocasión he tenido la suerte de dar con una de las editoriales más cuidadosas y profesionales en ese sentido.

—¿Qué le gustaría cambiar gracias a su poesía?
—Me han preguntado en alguna ocasión si escribía poesía social. Creo que escribir es un acto de resistencia y de compromiso en sí mismo. El escritor es un intelectual en el mejor sentido del término y como tal debe ser consciente de la posible repercusión, mayor o menor, de su tarea. Leer o escribir son actos transformadores por si mismos de los propios sujetos, lectores o escritores y por tanto de su medio o su ámbito. La cultura es desde luego la herramienta de la transformación humana, individual y colectiva.

—Usted posee algo de lo que suelen carecer casi todos los poetas: de humildad. ¿Cómo se lidia con el gran ego de sus compañeros de letras?
—Yo creo que hay una mayoría de poetas conscientes de la necesidad de un permanente aprendizaje , de un continuo progreso necesario en la expresión literaria Si es verdad que a algunos autores les da por la egolatría. Y la poesía, más que ninguna otra cosa debería ser síntoma de otra calidad humana. Lo lamentable es que mucha gente se presta rápidamente a rendir culto a ciertos personajes, que se erigen en “gurús”, en santones, para ver si le cobija su sombra contribuyendo a fomentar esos ‘egos’.

—¿Qué papel juega la rima y la métrica en la poesía del siglo XXI?
La poesía contemporánea es mucho antes fondo que forma. La poesía más joven ignora muchas veces cualquier tradición formal, transgrediendo géneros, no de un modo consciente sino quizá por ignorancia. Si bien creo que la rima ha perdido terreno, no así la métrica, en la medida en que ritmo prosódico, nada fácil de dominar, que sigue siendo, en los mejores y más significativos de los casos, uno de los rasgos característicos de la buena poesía.

—Una duda que todos tenemos: ¿Las mujeres que escriben poesía, son poetas o poetisas?
Detrás de una cuestión aparentemente intrascendente se esconde una tradición discriminatoria hacia la poesía hecha por mujeres. Hoy el enfoque es muy diferente. En mi opinión la poesía femenina, en nada distinta cualitativamente a la hecha por hombres, aventaja sin embargo en número de autoras y con mucha frecuencia en calidad a la de los varones. Por tanto y en contrapartida, el término “Poetisa” podría tener hoy connotaciones reivindicativas

—Últimamente parece que la poesía goza de muy buena salud, se ha relanzado su afición y las cifras de ventas aumentan ¿A qué cree que es debido este despertar poético?
Tal vez a los tiempos de rapiña y deshumanización terribles que lamentablemente corren. Mucha gente busca otro sentido, otra sensibilidad, otro ahondamiento en la verdadera percepción de la realidad profunda de las cosas. Y por supuesto, también otra belleza.

—¿Cuáles son sus poemarios de cabecera, esos que casi se sabe de memoria?
No tanto como saber de memoria; me he preocupado más de leer y releer en muchos casos intentando precisamente volver a descubrir. Hablaría por un lado de esas primeras lecturas juveniles que marcan tal vez de modo premanente y que en mi caso fueron: Juan Ramón Jimenez, Aleixandre, Miguel Hernandez, Cesar Vallejo o Blas de Otero. También entonces y de modo especial Paul Valery en El Cementerio Marino que identificaba con mi propia experiencia cantábrica en el pequeño cementerio de la parroquia de Laredo. Muchos más adelante otros poetas foráneos del XIX, A. Tennyson, Ch. Swimburne o Saint John Perse. Volviendo a España y contemporáneamente, Luis Cernuda o la inmensa calidad de un maestro como Pablo García Baena, por fortuna todavía vivo.


Puedes leer a Alfredo Piquer Garzón en :
Tu oscuro nombre. Alfredo Piquer Garzón

Tu oscuro nombre
Alfredo Piquer Garzón


Coleccción ANAQUEL DE POESÍA, Nº 53
92 páginas • I.S.B.N: 978-84-944752-1-4 • 12€

Oscuros nombres; tu oscuro nombre. Porque todos los nombres que denominaron hechos, personas, vivencias, sentimientos, se oscurecen poco a poco en la memoria; la oscuridad envuelve asimismo las palabras dichas y los pecios de todos nuestros naufragios... <<Más>>

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